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jueves, 17 de diciembre de 2015

miércoles, 2 de diciembre de 2015

POWER UPP

IMAGENES UPP

Aqui os muestro una serie de imagenes de úlceras por presión para darse cuenta de la importancia que tienen y sobre todo para trabajar en ello con medidas de prevención para no llegar a estos extremos.








VIDEO ULCERAS POR PRESIÓN

Si aun sigues con dudas sobre las UPP entra en este vídeo en el que se explica muy bien la importancia y la prevención.  



ESCALAS DE VALORACIÓN


Escala de Norton


Es la primera EVRUPP descrita en la literatura, y fue desarrollada en 1962 por Norton, McLaren y Exton-Smith en el curso de una investigación sobre pacientes geriátricos. A partir de esa fecha la Escala de Norton ha alcanzado una importante difusión en todo el mundo.


Esta escala considera cinco parámetros: estado mental, incontinencia, movilidad, actividad y estado físico y es una escala negativa, de forma que una menor puntuación indica mayor riesgo. En su formulación original, su puntuación de corte eran los 14, aunque posteriormente, en 1987, Norton propuso modificar el punto de corte situándolo en 16.


Escala de Waterlow

Esta escala fue desarrollada en Inglaterra, en 1985, a partir de un estudio de prevalencia de UPP, en el que se encontró que la Escala de Norton no clasificaba en el grupo de riesgo a muchos pacientes que finalmente presentaban úlceras .


Tras revisar los factores que intervienen en la etiología y la patogénesis de las UPP, Waterlow presentó una escala con seis subescalas (relación talla/peso, continencia, aspecto de la piel, movilidad, edad/sexo, apetito) y cuatro categorías de otros factores de riesgo (malnutrición tisular, déficit neurológico, cirugía y medicación).


Escala de Braden

La Escala de Braden fue desarrollada en 1985 en EE.UU., en el contexto de un proyecto de investigación en centros sociosanitarios, como intento de dar respuesta a algunas de las limitaciones de la Escala de Norton. Barbara Braden y Nancy Bergstrom desarrollaron su escala a través de un esquema conceptual en el que reseñaron, ordenaron y relacionaron los conocimientos existentes sobre UPP, lo que les permitió definir las bases de una EVRUPP.

La Escala de Braden consta de seis subescalas: percepción sensorial, exposición de la piel a la humedad, actividad física, movilidad, nutrición, roce y peligro de lesiones cutáneas, con una definición exacta de lo que se debe interpretar en cada uno de los apartados de estos subíndices.

Los tres primeros subíndices miden factores relacionados con la exposición a la presión intensa y prolongada, mientras que los otros tres están en relación con la tolerancia de los tejidos a la misma.


Escala EMINA

Es una escala elaborada y validada por el grupo de enfermería del Instituto Catalán de la Salud para el seguimiento de las UPP. Contempla cinco factores de riesgo: estado mental, movilidad, incontinencia, nutrición y actividad, puntuados de 0 a 3 cada uno de ellos. Con la primera letra de cada factor se le ha dado nombre a la escala (EMINA).

Al igual que la Escala de Braden tiene una buena definición operativa de términos, lo que hace que disminuya la variabilidad entre interobservadores. Las autoras definen su punto de corte en cuatro, aunque otras investigaciones sugieren que, para hospitales de media estancia, el punto de corte debería ser de cinco.


Escala de Cubbin-Jackson

Se trata de una EVRUPP desarrollada de forma específica para pacientes críticos. Consta de 10 parámetros en total que puntúan de uno a cuatro (edad, peso, estado de la piel, estado mental, movilidad, estado hemodinámica, respiración, nutrición, incontinencia e higiene). Se trata de una escala compleja, difícil de utilizar.

PREVENCIÓN UPP

A. Cuidados de la piel
  • Higiene diaria (y siempre que se precise), de la piel con agua tibia, jabón neutro para la piel y aclarado.
  • Secado meticuloso y sin fricción, haciendo especial hincapié en las zonas de pliegues.
  • Hidratación de la piel procurando su completa absorción con sustancias como: glicerina, lanolina, aceites minerales… para reponer los aceites naturales de la piel y fomentar la efectividad cutánea como barrera humectante.
  • No usar alcoholes ni colonias.
  • Observar la integridad de la piel (especialmente en las prominencias óseas) durante cada sesión de higiene o cambio postural, protegiéndolas en caso necesario.
  • No realizar masajes sobre prominencias óseas o zonas enrojecidas.
  • Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados sobre aquellas zonas con enrojecimiento cutáneo o zonas frágiles mediante suave masaje con la yema de los dedos.
  • Si el paciente presenta incontinencia se extremará cuidado de la piel perineal
    1. Piel intacta e incontinencia urinaria de leve a grave.
      Limpie diariamente el perineo y siempre que haga un cambio de pañal húmedo, o después de cualquier episodio importante de fuga de orina. Utilice toalla desechable y evite restregar enérgicamente. Aplique una barrera humectante (crema o pomada).
    2. Incontinencia fecal.
      Limpie el perineo diariamente y después de cada episodio de incontinencia, utilizando el método descrito más arriba. Aplique de forma rutinaria una barrera humectante con crema o pomada.
    3. Incontinencia urinaria y fecal.
      Siga las normas específicas para la incontinencia fecal. Si el paciente presenta una erosión cutánea extensa con exudado, utilice una pasta de barrera que absorba el drenaje y proteja la piel de agentes irritantes. (Si emplea una pasta de óxido de cinc, utilice aceite mineral para retirar la pasta, de forma que no se lesione la piel por el restregado).

      Se planteará:
      • Colocar colector urinario, si es posible.
      • Uso de pañales absorbentes.
Se protegerá la piel con apósitos (poliuretanos, hidrocoloides, hidropoliméricos…) en caso de permanecer el paciente en alto riesgo.


B . Movilización

Cambios posturales:
  • Se realizarán cada 2-4 horas en función del riesgo de padecer úlceras por presión.
  • Seguirán un orden rotatorio.
  • En períodos de sedestación, movilizar cada hora. Si puede hacerlo de forma autónoma, instruirlo para que lo haga cada 15 minutos.
  • No arrastrar al paciente.
  • Mantener la alineación corporal, distribución de peso, equilibrio y estabilidad.
  • Evitar el contacto directo de prominencias óseas entre sí
  • Evitar colocar al paciente sobre el trocante femoral directamente.
  • Si es necesario elevar la cabeza de la cama, hacerlo durante un período de tiempo mínimo y si es posible no pasar de 30º, ya que se ha demostrado una relación directa entre mayor ángulo de la cama y mayor frecuencia de aparición de UPP.
  • No usar flotadores ni rosquillas en sacro, ni occipital.
  • Mantener la cama limpia, seca y sin arrugas.
  • Vigilar sondas, mascarillas y gafas nasales, drenajes, vías centrales y vendajes evitando la presión constante en una zona, con el riesgo de producir UPP yatrogénicas.
  • Usar dispositivos que amortigüen las zonas de presión: colchones, cojines, almohadas, protecciones locales, con especial atención en talones y rodillas.
  • Preparar un plan de rehabilitación que mejore la actividad y movilidad del paciente.
  • Se considera necesario utilizar un colchón reductor de presión en aquellos casos de alto riesgo y si fuera posible se haría extensivo su uso a los casos de riesgo moderado.
Posiciones de cambios posturales:
Para aliviar y eliminar la compresión de los puntos de apoyo, es imprescindible realizar cambios posturales, manteniendo lo más correcta posible la alineación del cuerpo y estudiando detenidamente la forma de reducir los efectos de la presión prolongada sobre las prominencias óseas.
  • Decúbito supino:

    Se acolchará con almohadas de la forma siguiente:
    • Una debajo de la cabeza.
    • Una debajo de los gemelos.
    • Una manteniendo la posición de la planta del pie.
    • Dos debajo de los brazos (opcional)     
No se debe producir presión sobre: Talones, cóccix, sacro, escápulas y codos.
·         Precauciones

Mantener la cabeza, con la cara hacia arriba, en una posición neutra y recta de forma que se encuentre en alineación con el resto del cuerpo; apoyar las rodillas en posición ligeramente flexionada –evitando la hiperextensión-, codos estirados y manos en ligera flexión.
Las piernas deben quedar ligeramente separadas.
Si la cabecera de la cama debe de elevarse, debe de procurarse que no exceda de 30º.
Evitar la rotación del trocánter, colocando una almohada pequeña en la parte externa del muslo.
Evitar la flexión plantar del pie.
  • Decúbito lateral:

    Se acolchará con almohadas de la forma siguiente:
    • Una debajo de la cabeza.
    • Una apoyando la espalda.
    • Una separando las rodillas y otro el maléolo externo de la pierna inferior.
    • Una debajo del brazo superior.
No se debe producir presión sobre:Orejas, escápulas, costillas, crestas ilíacas, trocánteres, gemelos, tibias y maleolos.
-Precauciones

La espalda quedará apoyada en la almohada formando un ángulo de 45-60º.
Las piernas quedarán en ligera flexión con la pierna situada en contacto con la cama, ligeramente atrasada con respecto a la otra.
Los pies formando ángulo recto con la pierna.
Si la cabeza de la cama tiene que estar elevada, no excederá de 30º.
En pacientes que pueden levantarse al sillón o realizar algún movimiento en la cama, se deberá ayudar y animar a realizar movimientos activos, colocar soportes y asideros necesarios que faciliten su movilización.
Los pies y manos deben conservar una posición funcional.
  • Posición sentada

    Se acolchará con almohadas de la forma siguiente:
    • Una detrás de la cabeza.
    • Una debajo de cada brazo.
    • Una debajo de los pies.
No se debe producir presión sobre: Omóplatos, sacro y tuberosidades isquiáticas.
-Precauciones

La espalda quedará cómodamente apoyada contra una superficie firme.
No se permitirá la situación inestable del tórax.
Se utilizará un sillón adecuado con respaldo un poco inclinado.
  • Decúbito Prono.
    Se acolchará con almohada de la forma siguiente:
    • Debajo de las piernas.
    • Debajo de muslos.
    • Debajo de abdomen
-Precauciones

Quedarán libre de presión los dedos de los pies, rodillas, genitales y mamas.
Los brazos se colocarán en flexión.
Medios Complementarios
Van a reducir considerablemente la presión, y nos van a servir para prevención de las UPP pero por sí solos no son suficientes y no son sustitutos de las movilizaciones
  1. dispositivos de apoyo
  2. protección de talones
  3. movilizaciones pasivas y/o activas
Dispositivos de apoyo:
  1. Colchón antiescaras ,colchón hinchable alternante, colchón de aire, de agua, colchón de latex, colchón de espuma
  2. Almohadas o cojines, soporte textil antidecúbito.
Protección de talones:
  • Comprobar el estado de la piel, espacios interdigitales, tobillos, uñas.
  • Higiene: lavado-secado-hidratación con vaselina y/o apósitos preventivos.
  • Utilizaremos materiales naturales (algodón y venda de hilo) porque van a facilitar la transpiración cutánea. No utilizar vendas compresivas. El vendaje debe ser circular, no compresivo. Vigilancia y reemplazamiento ante cualquier signo de humedad o suciedad. Se efectuará cuanto antes posible y a todos los pacientes ingresados que permanecen en alto riesgo según la escala de valoración.
  • Respeto anatómico, procurando evitar pie equino.
  • Revisar cada 48-72 horas, dependiendo si existe o no úlcera.
    Colocación de U si tiene úlcera, en cuyo caso se revisará cada 48 h, incluso cada 24 h si el tratamiento lo requiere como es el caso de úlceras en grado III y P si es de prevención, revisándolo cada 72 h, seguida de la fecha en la que se hace la protección.

Movilizaciones Pasivas y/o Activas

Aumentan el tono vascular cutáneo y vascular.
Se realizarán cuando el paciente esté en decúbito supino, movilizando hombros, codos, y  muñecas, caderas, rodillas y tobillos.
Se aprovechará la hora del baño para realizarlos e hidratar la piel, y una vez por turno.


C. Nutrición
La alteración de nutrición por defecto o exceso influirá en la aparición de UPP, su conocimiento nos ayudará a promover hábitos dietéticos.
Actuaciones:

  • Anotar  comidas que toma para realizar control dietético.
  • Control de peso periódico.
  • Realizar actividad diaria y programa de ejercicios, de acuerdo a sus posibilidades.
  • Establecer dieta que cubra aporte protéico/hídrico adecuado a sus necesidades respetando preferencias alimentarias.
  • Si es preciso incluir suplementos ricos en proteínas y calorías.
  • Ofrecer frecuentes comidas con poca cantidad.
  • Suplementos multivitamínicos que contengan vitaminas del grupo A, C y E.
  • Deben darse alimentos que mantengan las heces en una consistencia normal o ligeramente firme para evitar defecación involuntaria.
  • Evitar alimentos que formen gas o que causen diarrea.

TRATAMIENTO UPP

Respecto el tratamiento específico de la lesión ulcerosa, éste ha de ser individualizado, según su grado de profundidad, cantidad de exudado, presencia o no de infección y localización. Como normas generales, según el grado de la úlcera el tratamiento será, en términos generales, el siguiente:

· Grado I (eritema, piel íntegra):
Sólo requiere del manejo e intensificación de las medidas preventivas: cambios posturales, almohadillado de protección, aplicación frecuente de aceites con ácidos grasos hiperoxigenados.


Grado II (ampolla o erosión superficial):

Al manejo preventivo se debe añadir la higiene de la zona lesionada, habitualmente con suero fisiológico (empleando la mínima presión eficaz), así como la aspiración de la ampolla y eliminación de su techo. El uso de apósitos hidrocoloides ayuda a controlar la cantidad de exudado en el lecho de la herida (ni mucho ni poco), colabora con la limpieza de la lesión y mejoran la velocidad de cicatrización.


Grado III y IV (lesión profunda, cavitada o tunelizada):


o Limpieza: Se debe hacer con suero fisiológico, evitando el arrastre mecánico para no lesionar el tejido nuevo. Sólo secar la zona adyacente a los márgenes de la herida.

o Protección de la infección y su tratamiento: Toda úlcera se considera contaminada por las bacterias colonizadoras habituales de la piel a las 6 horas de producirse, por lo que intentar que una úlcera esté estéril. Se recomienda control por cultivos cuando la lesión presente signos de infección (enrojecimiento más allá del borde, con edema, mal olor, aumento del dolor y/o retraso de la curación, así como si se dan signos generales como fiebre). Según el resultado de los cultivos se aplicará un tratamiento antibiótico específico, de preferencia sistémico. El uso de antibióticos tópicos o los apósitos con plata pueden ayudar a controlar la carga bacteriana y el mal olor (que también puede tratarse con apósitos que contengan carbón activado). No se recomiendan de forma sistemática el uso de antisépticos tópicos (povidona yodada, agua oxigenada, clorhexidina, etc.) por su efecto tóxico sobre el tejido nuevo.

o Eliminación del tejido desvitalizado o desbridación: Para ayudar a que las úlceras cicatricen es imprescindible eliminar el tejido muerto, existiendo para ello dos sistemas, ya sea por métodos químicos, mediante el uso de pomadas con enzimas proteolíticos, o por medios quirúrgicos, empleando el bisturí y las pinzas (siempre por personal entrenado). El primer sistema es más lento, pero menos traumático. También existen apósitos que favorecen un desbridamiento autolítico, por cura en ambiente húmedo; es el método más selectivo pero también el más lento.

o Formación de tejido nuevo. Cicatrización: Para ello se utilizan diferentes tipos de apósitos, que controlen que la cantidad de exudado sea la justa para la curación en ambiente húmedo (hidrogeles, hidrofibras, alginatos, con carbón activado o plata, etcétera).




La frecuencia de las curas dependerá de la presencia o no de infección (en cuyo caso se acostumbran a hacer a diario), de la cantidad de tejido a desbridar y de las técnicas utilizadas para ello y del tipo de apósitos empleados. La frecuencia de las curas va desde cada 48h a incluso cada 7 días como máximo.

El tiempo de cicatrización y cierre de las úlceras por presión varía mucho en función de los métodos de desbridamiento y de la presencia de complicaciones como la infección. Sin embargo, se considera que, por término medio, las úlceras de grado I tardan entre unos días a una semana en curar, las de grado II suelen curar en un período entre cinco días a tres meses, las de grado III entre uno a seis meses y las de grado IV suelen tardar de seis meses a un año, pudiendo suceder que no lleguen a cicatrizar nunca totalmente.

ÚLCERAS POR PRESIÓN

¿Qué son las úlceras por presión?

Son lesiones que se producen en la piel y en los tejidos que están por debajo de ella, provocadas por la presión de una superficie dura que está en contacto con una parte del cuerpo. Popularmente se las conoce como «llagas» y aparecen cuando una persona está en la misma postura sobre una superficie dura durante largos períodos de tiempo.





¿Por qué aparecen?

Por la presión que soporta una zona del cuerpo (generalmente una prominencia ósea) de manera constante durante mucho tiempo, lo cual produce la disminución del riego sanguíneo y del aporte de oxígeno a los tejidos.
Lo más frecuente es que aparezcan en las zonas de prominencias óseas, como las caderas, los talones, la espalda y la parte inferior de la espalda (sacro).